La desolación invade cada rincón... el silencio se deja oír como un aullido...
Las puertas chirrean de dolor... abriéndose... buscando un rayo de luz que ilumine la tajante oscuridad
Traspasa la piel, ¡Corta...! ¡Lastima...! ¡Sangra...!
Afuera... cuervos silenciosos vuelan alrededor, como maléficas figuras esperando la presa a desgarrar...
¿Dónde está la gente de la casa...? Ya no se escuchan sus alegres risas. Sus llantos. Ni sus voces buscando un auxilio a tanto dolor...
Nadie queda... Solamente ella…la casa vacía
Dicen que fue un misterio… Otros, que partieron hacia nuevas tierras, nadie cuenta nada... Temen
Todo es murmullo...todo es miedo... nadie habla, el misterio crece...
Los más valientes narran, como cuento sin final... que fue una noche muy fría, donde los árboles danzaban como presagiando...
Todos fueron llevados ¿Adonde...? el misterio sigue...
Solo queda la casa vacía... Agonizante. Muda testigo de la verdad... 02-10-2004
María Rosa D’Elia Demetilla
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