Un tema que debería ser solo felicidad. Que a su vez es causante de mucha tristeza.
Compartir las fiestas en familia, con padres, hijos, nietos, hermanos, tíos, amigos, y gente querida es;
Lo más bello.
Lamentablemente, en este mundo cada vez mas convulsionado muchas veces se convierte en una verdadera pesadilla.
Es una realidad candente que viven miles de familias. No se puede tapar el sol con una mano por pocos días.
El ser humano con sus virtudes y miserias complica las situaciones. Familias sintiendo rencor u odios mutuamente entre si. Donde la tolerancia no existe.
No todos tienen la valentía de negarse a pasar las fiestas con quien no se quiere.
Familias viviendo en la falsedad de convivencias, aparentemente estables. Siendo su vida diaria un caos. Que ven más complicadas, al tener además, que reunirse con otros, sean familiares externos, etc.
Las fiestas acentúan esos fingimientos que soportan con angustias, por no tener valor de revertir situaciones.
Asimismo se deben respetar los sentimientos. ¿Porque fingir? Hiriéndose los unos a los otros con presencias negativas de quien no se quiere. Donde todo debe ser armonía y felicidad por el festejo.
A la hora de la verdad, por prejuicios, miedos u otras yerbas se resignan a tolerar.
¡No debe ser así! Por respeto a uno y la festividad. El miedo se lo enfrenta de frente, dándose la oportunidad de pasarlas con quien uno desea. O en soledad ante peores elecciones.
Fiestas lastimosas, hirientes, muchas veces tapando con la bebida para ocultar el dolor de compartir con quien se desprecia, con la mente perturbada por el alcohol. Sin discernir, haciendo gracias.
Por tal razón los más valientes hace ya varios años, con diplomacia, los apartan. Realizan los festejos fuera de la casa, puede ser en restoranes, donde todo es algarabía con gente extraña. Incluidas las personas que obligatoriamente nos toca en suerte. Afuera realmente se soporta mejor.
Otros salen de viaje retornando a sus hogares con las fiestas ya pasadas.
Lo ideal sería pasarlas todos hermanados. Amándonos compartiendo el brindis con el corazón
¡Pero! No es verdad en tantos casos.
Por allí se leen mensajes con frases de buena fe ¡Es verdad! ¡Debería ser así! Sin duda alguna…
Para construir un mundo mejor no debe existir la mentira, hipocresía. También… ‘Toda una utopía…’
Un deseo de felicidad sincero… Sin dejar de ser valientes a la hora de elegir.
María Rosa D’Elia Demetilla
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