19-11-2013
Caminan como autómatas ¿Qué pensaran…? Parecen buscar un camino que no encuentran.
Idas y vueltas…Vueltas e idas.
El hábil observador ¡Descubre! ¡No se engaña…! Simplemente traspasa esa muralla de dicha fingida…
Contempla, ve que todo es confusión. Rostros que reflejan apatía, otros, tristezas, dolor… ansiedades.
Cada uno sumergido en su mundo interior ¿Qué persiguen? No lo saben. Como una paranoia se retuercen en ella
Muchas veces en el camino surgen piedras, grandes, pequeñas ¡Pero nada hacen por quitarlas!
Simplemente las van esquivando.- Piensa el visionario; ‘Están cómodos, quedando con las certezas dolorosas que pudieron conseguir… Aunque los hagan seres desgraciados que transitan con una máscara por la vida’ creyendo… ¡Que nada delata sus angustias…!
Se dicen ¡El mundo es de los fuertes! ¡No de los débiles!.. ¡Fingir! ¡Fingir…! Es su equívoca meta
Al regresar a su casa el antifaz… Irremediablemente ¡Cae! Ya son ellos mismos.
Mirándose al espejo, solo ven sus ojos cargados de indiferencia, hacia ellos y el mundo.
Cansados de fingir felicidad delante de otros…por esa jornada… Se relajan ¿Dónde quedo esa risa contagiosa que portaban a través del día…? Esa, que les daba una postura efímera de dicha. Lo ignoran ¡Ni les interesa descubrir…!
Maria Rosa D’Elia Demetilla
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