lunes, 2 de septiembre de 2013

El paso del tiempo...

 
El otro día en una charla de amigos, les decía ‘Los que hemos  caminado en un largo tramo de nuestra vida, nos hace quienes somos’.  
En nuestro rostro nos muestra arrugas, que fueron afianzándose, muy sutilmente al principio. Y a través de los años  sin sutilezas, rápidamente se adueñan de él.
-¿Entonces están por alguna razón?  Replicó una amiga.
-Si, algunos le llaman conocimiento, otros, decadencia de la edad, experiencias, pronunciadas gesticulaciones e irremediable  el camino a la vejez.
Hay algo claro  ¡Nadie las quiere! Generalmente se persigue mantener la tersura de la juventud. Buscando diversas panaceas para mitigar los efectos de tan desagradables arrugas.
Algunos por decisión personal  las llevan con entereza y dignidad. Otros por diverso motivos o, el no poder tener accesibilidad a los costos se resignan a convivir con ellas. Y no por eso pierden su esencia.
Pero hay una poderosa razón, por los que especialmente mujeres quieren sentirse  estrellas, todas siliconadas con rostro que se asemejan a las muñecas de cera de los museos.
Esa razón poderosa que las obliga es una sociedad enferma,  donde prevalecen mujeres esqueléticas, con la cara planchada. Aún  en  las jóvenes. Transformándolas en ‘No mujeres reales’.
¿Que nuevas técnicas tendrán en el futuro?  ya  que la piel después de diversos retoques, operaciones etc. Queda tan sensibilizada de tantos estiramientos, que nada se puede hacer.
Hay casos de estrella que de tantas intervenciones su piel no responde.
Los que usamos la técnica del photoshop  sabemos que ayuda. Lamentablemente los fotografiados,  no se ubican de tratar de convenir pautas con los fotógrafos, de  no realizar cambios tan drásticos para mantener la personalidad del retratado.     
Alguien me comentó que no podían creer lo que veían en ellas. Ya que nada que ver  en la tele y revistas.
¿Estas en contra de los diversos procedimientos? Respondí, con vehemencia ¡No!  ‘No significa que este en contra de los diversas practicas’  ¡No lo estoy!  Reitero,  cada individuo es dueño de si. Bienvenidos sean si ayudan a vernos mejor  físicamente y sicológicamente, ya que todo pasa por nuestra mente.  ¡Pero!  ¡Sin pasar los límites de la cordura!
Ayudan, pero no determinan la juventud.
Por allí se pasean algunas condesas, diseñadoras de moda, que tratando de verse jóvenes lograron verdaderos estragos en sus rostros, con labios que nadie besaría.
Se considera que la sabiduría de la arruga no sirve para nada.
Sin embargo, igualmente la edad  se delata aproxidamente en: las miradas cansadas, los movimientos, los gestos que ya no son los mismos, por más rostro retocado u operado que este. El tiempo pasado esta en ellos presente.
Hasta una chica jovencita, fresca refleja signos gesticulares en pequeñas líneas de expresión, le queda bonito, ya que no llega al título de arruga. También entran en los ritmos que la sociedad impone, quitándoles la frescura y espontaneidad en rostros sin una línea. Pero inexpresivos. 
No nos engañemos que ya antes de los 50 años las arrugas hace bastante tiempo se instalan en uno y no hay milagros en las cremas, que son de corto alcance y se debe recurrir a tratamientos más complicados.
                                                                                                                                          María Rosa DD


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